El año 2020 nos desafió como pocas veces en la historia. En lo personal y en lo colectivo, hemos vivido cosas muy fuertes que nos movilizaron, incluso en el impedimento de circular.
Desde este espacio creemos que las personas somos valiosas, lo que nos pasa es muy importante y nos afecta en el desempeño cotidiano de todas nuestras actividades, en todas nuestras decisiones. Es sano e importante comenzar a pensar en el después. En la forma en que uno quiere vivir, lo que elige y lo que no desea para su vida. En la medida que nos sea posible tomar la decisión, es fundamentar elegir un espacio de desarrollo que nos sea cómodo y confiable. Donde nos sintamos contenidos, y podamos ser auténticos.
En tiempos en que los modos es mucho más importante que el contenido, a veces las estructuras (sean de cualquier índole como la familia, el trabajo, los colegas, etc.) nos invitan, muchas veces con vehemencia, a actuar de acuerdo a prospectos o estereotipos definidos que nos resultan impuestos y ajenos a nuestras propias emociones y deseos. Esto produce dentro nuestro diferentes sensaciones y dificultades para poder desarrollarnos en plenitud.
Desde este espacio lo que se busca es generar una reflexión. Estamos comenzando a transitar “el principio del final” de una etapa muy oscura para todos. Y en esta etapa de claridad que comienza, encontraremos muchas oportunidades para hacer esas cosas que tanto necesitamos.
Muchas veces estamos durante años esperando que llegue determinado día, una oportunidad, el momento indicado para comenzar a tomar decisiones que necesitamos para cambiar el rumbo de nuestra vida. Y creo que la vida nos ha demostrado que nunca llega el momento indicado, si no tomamos la decisión, si no nos enfocamos en lo que necesitamos, el tiempo seguirá transcurriendo y las cosas seguirán su curso natural. Es nuestra decisión la que cambia el rumbo de las cosas.
Algo fundamental es entender que el tamaño de la decisión se evalúa con los ojos y sentires propios, nadie más puede entender el profundo sentir de nuestro ser. Por lo que algunas acciones pequeñas para unos pueden ser titánicas para otros y viceversa. Es importante respetar lo que uno siente y cuando tengamos dudas o necesidades buscar una mano amiga o un consejo bien intencionado.
A modo de conclusión, el tiempo es hoy, la decisión es ahora y la vida está pasando justo en este instante. Hay que hacer que valga cada momento.
Mauro.